Caribe, 11 de diciembre de 2025. — El gobierno de Estados Unidos confirmó la captura del petrolero “Skipper”, un buque de gran capacidad que navegaba desde Venezuela con destino a Cuba, durante una operación coordinada entre la Guardia Costera, el FBI y la Marina estadounidense.
La acción se llevó a cabo en aguas internacionales del mar Caribe, en un punto cercano a las costas venezolanas, como parte de los operativos de Washington contra el transporte de crudo proveniente de países sancionados.
🔎 Un buque bajo sospecha
De acuerdo con análisis satelitales citados por medios estadounidenses, el Skipper —identificado como un superpetrolero tipo VLCC— habría intentado ocultar su ubicación real mediante la transmisión de datos falsificados, una práctica asociada a flotas clandestinas que transportan petróleo desde naciones sujetas a sanciones internacionales.
Informes técnicos señalan que el buque transportaba entre 1.1 y 1.9 millones de barriles de crudo venezolano, presuntamente con destino final en Cuba, lo que reforzó las sospechas de violaciones a las restricciones impuestas por Estados Unidos.
⚓ La operación de captura
Fuentes oficiales detallaron que la operación fue planeada y ejecutada de manera conjunta por:
- Guardia Costera de Estados Unidos, encargada del aseguramiento inicial.
- Agentes del FBI, responsables de la investigación federal sobre redes de transporte ilícito.
- La Marina estadounidense, que desplegó helicópteros y personal táctico para el abordaje del buque.
Según reportes, participaron más de 20 efectivos y aeronaves provenientes del portaaviones USS Gerald Ford, que brindaron apoyo aéreo durante el aseguramiento.
🌐 Reacciones y tensiones diplomáticas
El gobierno de Venezuela calificó la incautación como un “acto de piratería internacional”, mientras que Estados Unidos sostiene que la acción forma parte de su estrategia para desmantelar redes de comercio ilegal de crudo vinculadas a gobiernos sancionados.
La captura del Skipper ha elevado nuevamente la tensión en el Caribe, en un contexto de creciente presión estadounidense sobre los flujos energéticos de Venezuela y sus aliados.
La incautación del Skipper representa uno de los golpes más significativos en los operativos recientes de Estados Unidos contra el transporte clandestino de petróleo. La investigación federal continúa, mientras el buque permanece bajo custodia estadounidense y se evalúa el destino de su cargamento.